Sonríe con la mirada, saluda con la mano…
Pero no dejes de saludar!
Tienes razón, no es cierto, el mundo en este momento no está girando con normalidad.
Racionar los besos no es natural, racionar los abrazos no es natural. Alejarnos de las personas que queremos, que echamos en falta para evitar hacerles daño no es natural, reunirnos las familias a pedazos o coartar el juego de niños con otros niños tampoco.
Lo que sí es natural es tener momentos en los que sientas miedo, tristeza o incluso rabia.
Miedo por la inseguridad que provoca la incertidumbre del momento, tristeza por la pérdida de nuestra forma de vivir, y por supuesto por las consecuencias tan dolorosas de la propia situación.
Comparte estas emociones, no le tengas miedo a ese miedo, incluso a esa ansiedad consecuencia natural de dejar hábitos que te funcionan, integrar otros nuevos, incluso la que puedas sentir al retomar estos hábitos que tuviste que abandonar por un tiempo.
No tengas miedo a sentir,
a dejar llegar las emociones, a concederles su espacio sin resistencia y después ampliar a todo lo demás, a todo aquello que continúa estando disponible para tí incluso en estos momentos, y que si te bloqueas por ese miedo al miedo o por la tristeza, no dejarás que lleguen. Todo se irá colocando en su sitio poco a poco si dejas que ocurra.
Haz más de eso que te hace sonreír.
No te apetece ahora? No te sale de forma natural? Con más motivo.
Pequeñas cosas que te levanten una sonrisa, que te produzcan bienestar.
Una llamada a esa persona para compartir.
Una imagen de ese lugar al que volverás pronto y disfrutarás como nunca.
Ese aroma que te reporta serenidad, que te traslada a ese momento o a ese lugar…
Esa canción… dejando que tu cuerpo se mueva al ritmo.
Una comida especial…
Crea momentos especiales, para tí, porque sí, y también compartidos.
Quizá sea un buen momento para integrar hábitos que de otra manera habría sido más difícil, así como parar más para priorizar lo importante, vivir más despacio, y encontrar dentro de tí lo que llevas buscando fuera tanto tiempo, mirar más hacia dentro para por fin VER y VIVIR fuera con mayor plenitud.
Esta situación es temporal, retomaremos nuestra forma de vivir, de compartir desde la cercanía de la piel cuando hayamos conseguido nuestro objetivo común.
Volveremos a la normalidad que incluye el achuchón y el abrazo.
Mientras tanto que las mascarillas
no generen más barrreras.
En situaciones como ésta necesitamos sentir el calor de los demás más que nunca.
Sonriamos con la mirada y saludemos con la mano.
Pero no dejemos de saludar!
P.D: Mi abrazo a quienes hayáis perdido a esa persona que queréis.
Te comparto un gran lugar al que volver.
Y tú? Tienes algún lugar especial…?
Redactado por: Inma Gómez-Lechón, Terapeuta & Coach.
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